Acudió al SIMOF donde coincidió con María Jiménez y Falete.
Natalia Álvarez y teresa vaca desfilaron con trajes de Aurora Gaviño.
Todo se quedo en un susto gracias a dios.
"Si no hubiera cerrado los ojos, me hubiera quedado ciega".
Sufrió un accidente doméstico junto a su hijo pequeño.
Salió una llamarada de la chimenea que la alcanzó provocándole quemaduras.
Raquel vio el fuego en la cara de su hijo y pensó que se quemaban "vivos".
Raquel Bollo sufrió un accidente doméstico que la ha dejado marcada y no solo en el sentido físico.
Todo ha quedado en un susto pero pudo haberse quemado junto a su hijo. Las secuelas físicas no son la única herida que le ha dejado el accidente. "Solo veo la imagen de mi niño con fuego en la cabeza", recuerda mientras confirma que se siente culpable porque es responsable del niño.
La colaboradora de television se encuentra ya recuperada y acudio a Simof para presenciar el desfile de su buena amiga Aurora Gaviño donde coincidio con Maria Jimenez y Falete y vio desfilar a las modelos Natalia Alvarez, ex de Rafi Camino y la modelo Teresa Vaca.
¿Como te encuentras? Gracia a Dios mucho mejor todo se ha quedado en un susto y no ha pasado nada. Raquel Bollo se considera afortunada porque no ha pasado nada a pesar del mal rato vivido. Estaba con su hijo cuando iba a echar leña a la chimenea y salió una llamarada que la alcanzó en la cara. Sufre quemaduras de primer y segundo grado y su hijo salió ileso a pesar de que el fuego también le alcanzó.
"Me siento culpable por el accidente porque mi hijo no debía estar cerca. Se me vienen las imágenes de mi niño", recuerda mientras cuenta que cuando se dio la vuelta vio su hijo "fuego en la cara". Tiene quemaduras en el párpado y en la frente. Cada día, tiene que curárselas pero está contenta porque podía haber sido más grave.
Estaba sola en casa y fue capaz de apagar el fuego y poner a su hijo a salvo. "Me sorprendió la reacción de mi hijo. Es un niño que habla mucho y no gritó ni lloró nada. Le dijo a su padre, papi me he portado bien. Ni he gritado, ni he llorado y eso que me he podido morir", cuenta.
Raquel vio el fuego en la cara de su hijo y pensó que se quemaban "vivos". "No se me borra de la cabeza cuando vi a mi niño con todo el fuego en la cabeza", relata antes de explicar que Cuando pasó todo, se vino "abajo" y sufrió "un ataque de ansiedad muy grande". Recuerda el dolor físico como "horroroso". Ahora, recibe curas diarias y toma antibiótico y antinflamatorios.
El accidente le ha dejado más secuelas además de las físicas. "He aprendido que no puedo abarcar todo. Me cuesta no tenerlo todo ordenado, no tenerlo todo perfecto y no puede ser", cuenta Bollo que admite tener siempre "un sentimiento de culpabilidad". Dice que "la felicidad plena no existe" y que le cuesta desconectar. "No soy capaz de disfrutar", confiesa.
Raquel Bollo admite que ese sentimiento de culpabilidad viene en parte por sentirse mala madre. "Me molesta cuando me llaman mala madre, pero si no trabajo, ¿de qué viven mis hijos? A mí me encantaría estar en mi casa pero yo no me lo puedo permitir", explica.