El barrio más popular de Sevilla, que esta a la derecha del rio Guadalquivir, o sea Triana ha recuperado algunos años atrás, una tradición que data del Siglo XVII, que tiene lugar en la víspera de la onomástica de la “Abuela de Triana”, cada 25 de julio a las 00.00 horas, 12 de la noche. Se ofrece unas iluminarias y suena en la la catedral de Triana, los gozos de Santa Ana. Con la torre de la parroquia engalanada en su 750 Aniversario, que estuvo abarrotada de fieles, las calles adyacente calle Vázquez de Leca, la Plazuela de Santa Ana y la calle Bernardo Guerra. Estos sones son la “Nana de la Sra, de Sta Ana” interpretado en la torre de la parroquia, por la Banda del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana, bajo la dirección de Julio Vera Cuder. Esta Nana la compuso Manolo Garrido López, en los años 70, con música de Manuel García Escamilla . Poco minutos después, se encendieron las iluminarias de colores verde y rojos en el cuerpo superior del campanario. A la finalización de la interpretación, repicaron las campanas de la torre de la Catedral de Triana. Cuando terminó el acto se abrieron las puertas del templo y se realizo nuevamente la Nana de Santa Ana por dicha Banda trianera pero delante de las imágenes de la Abuela de Jesús y su madre y posterior besamanos de la citada Banda. Minutos después comenzó la salutación a Santa Ana, a cargo del periodista Luis Vara Japón, con una interesante felicitación en prosas y algunas poesías, ante una Iglesia repleta de trianeros/as. El acto estuvo presidido por el Obispo Luperciano Miguel Ángel Ayuso,secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el Rvdo. Eugenio Hernández Martínez , párroco de Santa Ana, el alcalde de Sevilla Juan Espada Cejas, la delegada de Triana-los Remedio, María Carmen Clarisa Castreño Lucas y el Rvdo. Manuel de Azcárate Cruzado, Vicario parroquial de la parroquia. Tras el acto comenzó el momento esperado por los fieles y trianeros, que desfilaron ante la imagen de Santa Ana para el besamanos tradicional a la abuela de Triana.
Fotos Antonio Rendón Domínguez