La Iglesia de Santa Ana fue escenario de la misa funeral por la primera diputada del Parlamento de Andalucía y Trianera de Honor Carmen Martínez Rodríguez, quien fuera fundadora y presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre hispalense.
Diez días después de su fallecimiento, que acaecía en la mañana del pasado 27 de abril a los 90 años de edad, la ciudad de Sevilla despedía a Carmen Martínez Rodríguez (Sevilla, 1927-2018). La que fuera una de las seis únicas mujeres en la primera legislatura autonómica (1982-1986), además de fundadora y presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Sevilla, recibía el último adiós en una misa funeral celebrada en la trianera Iglesia de Santa Ana, a la que estuviera vinculada, de la misma forma que hiciera con las hermandades del Rocío Triana y El Cachorro.
Una emotiva y sentida elegía pronunciada por Curro Martínez Rodríguez, el menor de sus cuatro hermanos, abría una eucaristía en la que se dieron cita familiares, allegados y conocidos de la que fuera distinguida en su día como Trianera de Honor por su labor en defensa de un barrio por el trabajara institucionalmente desde el Distrito y posteriormente a título personal. Se reconocía así de forma póstuma la labor realizada en vida por Carmela, como gustaba de ser llamada esta Trabajadora Social que en los años 60 presidiera la Asociación Profesional de Asistentes Sociales y comenzara a colaborar con los hospitales por la falta de sangre y la venta de la misma por personas de origen humilde.
Posteriormente, en 1968 fundaba la Hermandad de Donantes de Sangre de Sevilla, que presidiera hasta 1993, recibiendo tras 25 años de servicio el distintivo de Presidenta de Honor.
Durante su etapa profesional, Carmen Martínez Rodríguez formó parte asimismo de la Comisión Nacional de Hematología y Hemoterapia, siendo además Vocal de la Junta Nacional y de la Federación Andaluza de Donantes de Sangre.
Por su histórica presencia como diputada en el Parlamento de Andalucía, era reconocida con el Premio Meridiana del Instituto de la Mujer de Andalucía en el año 2010. Previamente, en 1998, “considerando los méritos que en favor de Triana concurren”, era distinguida con el título de Trianera de Honor. Igualmente, por sus méritos recibía también la Cruz Azul de la Seguridad Social.
Atendiendo a tan extensa y dilatada trayectoria fomentando la solidaridad de los sevillanos, siempre desde la discreción y humildad que la caracterizaba, como se hizo hincapié durante la misa funeral, sólo queda agradecer su labor desinteresada, entrega y trabajo, especialmente por su barrio y sus familias, durante tantos años y hasta prácticamente los últimos meses de su vida.
GRACIAS, Carmela.