MADELEINE PEYROUX
Secular Hymns
20 años después de Dreamland, su disco debut, Madeleine Peyroux sigue su viaje musical con Secular Hymns, un álbum que explora más allá de las fronteras de lo ordinario. Una obra de arte maestra llena de alma y de sensualidad envuelta en una cautivadora mezcla de funk, blues y jazz.
Acompañada por los músicos con los que ha estado girando durante estos dos últimos años -el guitarrista eléctrico Jon Herington y el bajista Barak Mori- Peyroux grabó en vivo una colección de canciones con historias propias, temas de diálogos interiores, conciencia común y esencia espiritual.
“La música ha sido parte central de nuestra vida espiritual”, cuenta Madeleine, “así que creo que estos himnos, estos himnos seculares son temas muy individuales, personales e íntimos”.
Con su voz expresiva y seductora Peyroux interpreta temas de artistas seminales del blues (dos de Willie Dixon y uno de Lil Green), de la cantante clásica de góspel la Hermana Rosetta Tharpe, de la estrella del dub Linton Kwesi Johnson, tres de renombrados compositores contemporáneos (Tom Waits, Townes Van Zandt, Allen Toussaint), un tema de Stephen Foster (considerado el primer gran cantautor de América) y finaliza con un canto espiritual de la tradición afro americana.
Es remarcable la manera única en la que esta grabación ha cobrado vida. La historia comienza con un concierto en una vieja iglesia en la rural Oxfordshire, una zona campestre de Inglaterra. El reconocido chef francés Raymond Blanc había adquirido una antigua casa en el diminuto pueblo de Little Milton, la bautizó como “Belmond Le Manoir” y la convirtió en sede de eventos que incluyen una comida de nueve platos.
Como parte de la experiencia, antes de la cena invitaba a la gente a visitar a una iglesia cercana de estilo normando perteneciente al siglo XII para escuchar un concierto de música en vivo. El año pasado invitó a Peyroux a actuar.
“En la prueba de sonido, estaba cantando ‘Guilty’, un tema de Randy Newman, y la manera en que sonaba mi voz en esa habitación cavernosa fue impresionante”, relata Peyroux. “Tenía un techo de madera que le daba una reverberación a mi voz. Mi ingeniero de sonido Doug Dawson me dijo que debería de grabar un disco ahí”. Fresca después de la experiencia de interpretar ahí su cancionero, regresó con su banda algunos meses después para documentar los himnos seculares que ella y su grupo habían desarrollado cuando estaban de gira.
Peyroux reservó la iglesia de 200 asientos durante tres días -el primer día para la prueba de sonido, el segundo día para un concierto en vivo, que ofreció de manera gratuita a la gente del pueblo, donde se realizó la grabación, y el tercero para retomar nuevas tomas de la audiencia por si se necesitaban más tarde.