La prolífica y longeva trayectoria de Julio Manuel de la Rosa (Sevilla, 1935) viene marcada por la voluntad de hacer alta literatura. En su prosa se adivina la influencia de grandes maestros como Faulkner, Joyce o García Márquez, entre otros muchos, lo que unido a un justo equilibro entre una imaginación prodigiosa y un estilo esmerado, han acabado por conformar la inconfundible narrativa de un maestro de las letras andaluzas.
Autor de novelas, relatos, ensayos y colaborador habitual en prensa, Fin de semana en Etruria, ganadora del premio Sésamo de novela corta en 1971, supuso la confirmación de una prometedora carrera y el hallazgo del territorio mítico y literario de Etruria. Más adelante llegaron otros reconocimientos, como el premio Andalucía de la Crítica, el Ateneo Ciudad de Valladolid o el Diputación de Córdoba.
El próximo miércoles 29, el Palacio de los Marqueses de la Algaba acogerá la presentación de su novela más reciente: La última batalla (Editorial Anantes), una obra que, con el telón de fondo de la Batalla de Stalingrado, explora algunos de los temas principales en su narrativa: la introspección, el interés por la derrota o la experimentación con la voz narrativa.