Como cada primer lunes de Cuaresma tiene lugar en la ciudad hispalense el piadoso Vía Crucis Penitencial de las Hermandades de Sevilla presidido, en esta ocasión, por la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud de la Hermandad de los Gitanos.
Cuando faltaban poco menos de diez minutos para las cinco de la tarde, el Señor de la Salud, el Nazareno de los Gitanos, abandonaba su Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada, para dirigirse a la Catedral de Sevilla, donde tuvo lugar el rezo del Vía Crucis de las Hermandades que cada primer lunes de cuaresma organiza el Consejo de Cofradías de Sevilla, que preside Francisco Vélez de Luna.
Precedido de un largo cortejo -formado por 500 hermanos con cirios el Señor de la Salud presidió el Vía Crucis de las Hermandades de Sevilla con su nueva túnica bordada que estrenó por primera vez procesionalmente en la pasada Madrugada. La túnica bordada en oro sobre terciopelo morado es del año 2017. La misma fue elaborada por los sucesores de Elena Caro y viene a reproducir la pieza decimonónica de autoría anónima pero atribuida a Rodríguez Ojeda, que se perdió en el incendio provocado en la Iglesia de San Román, en 1936. Hoy, de nuevo, gracias a las puntadas de amor, fe y devoción de sus hermanos, vuelve a ser una realidad.
Sin duda, el Nazareno del Señor de la Salud de los Gitanos es una de las imágenes con mayor devoción de la ciudad, algo que ayudó a la revitalización de un culto que había ido perdiendo importancia en la ciudad de forma progresiva ya que, pese a que es el acto oficial de las hermandades de Sevilla, al menos se realizan otros 30 más durante la Cuaresma y las semanas previas. Por otro lado, el Vía Crucis de las Cofradías lleva celebrándose desde 1976. Más de 40 años en los que han ido participando las imágenes más importantes de Sevilla.
Presidió el cortejo el director espiritual Fray Juan Dobado Fernández, prior del convento del Santo Ángel y Doctor en Historia del Arte, también estuvo presente el Rector del Santuario y director del Colegio Salesiano de la Stma. Trinidad Francisco Ruiz Millán y el Hermano Mayor José María Flores Vargas, entre otros.
Impresionaba contemplar al Señor de la Salud en unas andas que recrean la estética de hace un siglo, cuando posesionaba en un paso de reducidas dimensiones y con altos candelabros de guardabrisas, como los que luce en esta tarde, perteneciente a la Virgen de la Encarnación de gloria, cedidos por la Hermandad de la Cena.
El antiguo Nazareno de los gitanos atribuido a Montes de Oca, desapareció en el incendio de San Román de 1936. La Hermandad de los Gitanos encargó al escultor sevillano Manuel José Rodríguez Fernández-Andes la ejecución de las dos imágenes titulares. Primero fue el turno de la Virgen de las Angustias y después, en 1938, del Señor de la Salud. Fernández-Andes se inspiró en el desaparecido Nazareno para realizar la imagen actual.
El Nazareno de la corporación de la Madrugá participó por vez primera en este acto, tras el intento fallido de visitar la Santa Iglesia Catedral en 2009 por motivos meteorológicos.
En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la Escolanía Salesiana María Auxiliadora junto a la Capilla Musical María Auxiliadora compuesta por un cuarteto de viento: fagot, oboe, clarinete y flauta travesara.
Foto Antonio Rendón Domínguez