La Hermandad de la Vera-cruz del Cristo de la Vera-cruz y María Santísima de Las Angustias de la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río, celebró como todos los años en el mes de mayo, la procesión de traslado de sus imágenes titulares, la Solemne Procesión de bajada desde el Edificio Vera-cruz (Su sede donde radica y tiene sus cultos y rezos esta de obras), para sus cultos anuales de Quinario en la Iglesia parroquial de Ntra. Sra.de la Asunción al Santísimo Cristo de la Vera-cruz.
Dicho traslado recibe el nombre de “Bajada” por aquello del desnivel orográfico entre su sede de la Real Ermita de San Gregorio de Osset y la iglesia parroquial.
Esta procesión centenaria tiene la particularidad de procesionar con la iluminación eléctrica pública totalmente apagada y totalmente en silencio, por las calles principales de la localidad y acompañada por dos filas interminables de hermanos/as.
El Cristo es llevado en brazos de tres Hermanos/as, emulando los más remotos orígenes cuando era llevado por un sacerdote de manera idéntica a como hoy se lleva la Cruz de Guía. La prodigiosa y antiquísima Imagen del Crucificado es acompañada tan sólo por la luz de cuatro faroles y de los cirios de Hermanos de todas las edades que lo acompañan.
Cerrando la procesión, la portentosa Imagen de María Santísima de las Angustias es llevada en unas pequeñas andas por ocho Hermanos, también alumbrada por cuatro faroles y precedida por la luz de los cirios acompañada de los fieles, devotas y hermanas de la Hermandad Dado que el pequeño paso se porta con el brazo caído, no a hombros, la Santísima Virgen apenas se eleva del suelo y parece avanzar, como si viniera caminando, entre la gran aglomeración de devotos que la acompañan piadosamente y que, además, impiden ver a los Hermanos que la portan, haciendo más estremecedora aún esta estampa única.
Aún hoy, se une la multitud de fieles que discurren tanto detrás del Cristo como tras Su Madre, cumpliendo sus promesas o en señal de agradecimiento por los favores concedidos por la providencia de Cristo y la Virgen a lo largo de los siglos.
Al llegar al templo parroquial, abarrotado de fieles, se ilumina al llegar María Santísima de las Angustias, teniendo lugar, entonces, este emotivo traslado a la capilla Bautismal. Este lugar resulta entrañable para los hermanos cruceros, en tanto que las pequeñas dimensiones hacen que la entrada de la Virgen se tenga que realizar sin corona: mostrándose al pueblo más humana aún, si cabe. La reja que cierra dicha capilla perteneció a la Hermandad, siendo la misma que resguardaba a los Titulares en la Real Capilla de San Gregorio. Es anecdótico cómo los hermanos de la Hermandad entienden este sencillo gesto como una bendición sin igual, al acompañar las Sagradas Imágenes el agua que acogerá a los nuevos feligreses de la Iglesia Ilipense en el año venidero.
Rebosa esta milenaria y devota tierra una ilusión indescriptible a las puertas de los solemnísimos cultos principales que esta Hermandad celebra.
https://www.youtube.com/watch?v=Qh0PWQyF_pc
Fotos Antonio Rendón Domínguez