Cuando Abraham Carrión Ruiz fichó en el C.D. ONCE-Andalucía en la temporada 2004/2005 llegó con la vitola de ser uno de los entrenadores con mayor proyección en el baloncesto en silla de ruedas español. Ante sí tenía un reto de enorme envergadura. Ni más ni menos que dirigir a uno de los dos grandes dominadores del panorama nacional, un equipo que había ganado en la campaña anterior, tanto la liga como la Copa del Rey, bajo la batuta del entonces entrenador-jugador Pepe Navarro. Procedente del Safemi de San Fernando, se trajo con su equipaje a dos prometedores jugadores que con el tiempo han alcanzado la internacionalidad y se han erigido de dos elementos fundamentales en el básquet en España, los hermanos Zarzuela, Pablo y Alejandro. Y a fuer de sinceros, hay que decir que Carrión triunfó, puesto que con él, el club andaluz ganó dos ligas (04/05 y 05/06), dos copas del Rey (04/05 y 05/06) y tres copas Andaluza (04/05, 05/06 y 06/07).
Ha regresado, y lo ha hecho para dirigir nuevamente a un plantel que en el anterior curso obtuvo el doblete con Matteo Feriani.
La historia del ocho veces campeón de liga es la de la constante superación, la del club que cada temporada ha de reinventarse para poder hacer frente a una competición tan exigente como la del baloncesto en silla de ruedas. Sabido es que desde siempre ha tenido que rivalizar con equipos con mayor potencial económico, pero aun así, generalmente, ha salido victorioso. Es, pues, la historia del pundonor del que quiere... y puede.