Opinión
La caza, un sangriento y doloroso oficio
Se podría decir que la sartén y la parrilla de los hogares actuales se han convertido en los sustitutos de los antiguos altares de sacrificio, donde para honrar y agradar a Dios se inmolaban miles de victimas animales. Igualmente la mesa de cocina sirve como banco de descuartizamiento donde sacar las entrañas a los cadáveres de animales previamente matados a manos de un matarife. El origen de todo este comportamiento sangriento en todos los tiempos fue dictado por los sacerdotes, sin embargo qué dijo Jesús de Nazaret al respecto? Lo que hagáis a la más pequeña de mis criaturas, eso me haceis a mi. (Mateo 25.40)