La bailaora Cristina Hoyos, presentó en Sevilla su biografía Gracias a la vida , escrita por Juan Manuel Suárez Japón y prologada por José Manuel Caballero Bonald. Cristina ha sido siempre una luchadora nata, y esa capacidad de lucha le ha servido también para superar un cáncer de mama, del que se operó en 1996, diez años después puede decir Gracias a la vida y contar su experiencia a otras mujeres:
- Es duro, pero cuando pasas la quimio que es lo que te deja peor empiezas a ver las cosas de otra manera, hay que luchar
Parece como si su retirada estuviera cerca
- Lo está, tengo que someterme a una operación que he ido postergando, tengo los pies fatal con muchos problemas. Seguramente no pueda retrasar mucho más la operación y eso exigirá una retirada parcial, de la recuperación dependerá que sea definitiva o no
¿le preocupa?
- No quiero hacer una tragedia de esto, porque tampoco lo he hecho en mi vida cuando me he operado de otra cosa
¿Seguirá vinculada al flamenco?
- por supuesto, una cosa es que deje de bailar y otra que deje el flamenco, ahora voy a implicarme mucho más en el Museo de Baile Flamenco de Sevilla
Fue de las primeras mujeres en hablar en público del cáncer que padeció hace años
Fui a algunos programas para que la gente supiera que sigo existiendo, que sigo viva, porque, con el problema que tuve fue cáncer de mama, a lo mejor se pensaban que me había retirado. Soy presidenta de honor de una asociación contra el cáncer y doy muchas charlas a mujeres que padecen esta enfermedad y aprovecho la televisión para contar mi caso y ayudar.
¿Pensaba que podría ocurrirle algo así?
"Tenía el presentimiento de que me iba a venir algo malo, porque habían sido muchos años en los que todo era bueno: artísticamente, en la familia, con mi pareja, todo. Por suerte "me vino a mí, que soy la más fuerte de la familia, y no a mi madre o a mis hermanas. Cuando fui al médico y me dijo que había que operar, pensé, `esto era lo malo que esperaba'".
¿Le sirvió el baile, todo expresión física y sentimental, para hacer frente a la enfermedad?
- Saqué fuerzas y me dije: "Esto no me va a hacer dejar de bailar", y parece que el subconsciente actúa, porque cuando salí del quirófano, mi familia dice que oían algo raro y era yo, que con la mano estaba rascando la sábana como si tocara una castañuela. Sabía que al quitar los ganglios, el brazo podía quedarse sin movilidad, por eso, en cuanto pude, empecé a hacer ejercicio. Pensaba que tenía una compañía, gente que dependía de mí y, evidentemente, no iba a rendirme. A los dos meses y medio, ya estaba bailando.
Parece que hoy en día la bailaora más famosa que hay es Sara Baras
Claro, es la que sale en la tele. Es todo marketing. Creo que Sara es muy mona y baila bien, aunque tiene facultades, si trabaja, para bailar mucho mejor todavía. Pero como sale mucho en la tele, hasta las personas de los pueblos saben de su existencia sin haberla visto sobre un escenario. Toda la gente de mi época, y de anteriores, nos hemos hecho famosos porque nos han visto bailar en el teatro. Hay que animar a la gente a que vaya al teatro y sienta su magia.
¿Tiene alguna deuda pendiente con la vida?¿Quizás haber tenido hijos?
- No, no los he tenido porque no han venido, pero tengo mucho amor por todas partes, mi familia, sobrinos, sobrinos nietos. Quizás también esto me ha hecho estar mucho más unida a mi pareja
SEVILLA PRESS