En primer lugar quiero deciros que estoy encantada de estar aquí en Málaga, en mi Málaga como digo yo, que la verdad es que no vivo aquí y lo echo mucho de menos. Tengo que empezar dando las gracias a la Rectora de la Universidad de Málaga, por su presentación y sus cariñosas palabras; también al vicerrector de la Universidad de Cádiz; al Instituto Andaluz del Deporte, y a nuestra amiga Aurora, por haberme invitado a compartir este rato con todo vosotros y también a nuestro amigo Juan, director general de la Junta de Andalucía.
Y también quiero felicitaros por vuestras iniciativas, porque creo que estas iniciativas son muy importantes; no podemos olvidar que Andalucía tiene muchos kilómetros de costa, vivimos del turismo y la náutica tiene un potencial tremendo, con lo cual Andalucía necesita estas iniciativas y les va a sacar muchísimo provecho.
En Andalucía, y en España en general, yo creo que hay tres grandes puntos de la náutica que a mí me gustaría abordar hoy.
El primero es que somos un país, somos una tierra, que generalmente vivimos muy de espaldas al mar. La verdad es que en muchas ciudades costeras, el privilegio de tener la primera línea del mar la ocupa la vía del tren, la ocupan polígonos industriales, o la ocupan las carreteras nacionales que incluso nos dificultan poder llegar hasta la orilla.
El segundo tema es que los deportes náuticos son considerados, en general, deportes caros, deportes elitistas, deportes lujosos e incluso inaccesibles para la gran mayoría de los ciudadanos, y eso es una imagen que yo creo nos hace mucho daño a todos.
En tercer lugar, hasta hace poco, la verdad es que el mar era considerado como una especie de basurero público, que teníamos allí muy a mano, a disposición de todos, y yo recuerdo cuando yo era niña de ver cómo de repente una lavadora, una bicicleta que ya no la íbamos a usar más la tirábamos al mar, y tampoco hace tanto tiempo de aquello.
Y no somos conscientes de que tirar algo al mar es un gran error, porque el mar al final te lo acaba devolviendo absolutamente todo, y no se nos ocurriría tirar algo que ya no queremos en el salón de nuestra casa.
Cuando yo era niña me dolía mucho el primer punto del que vamos a hablar, el que viviéramos de espaldas al mar; y me dolía mucho porque yo veía allí ese mar y a mí me llamaba, me llamaba para que fuera a disfrutar de él pero yo no sabía cómo hacerlo, no tenía medios para ir a disfrutar de él.
Luego, cuando conseguí empezar a navegar y a disfrutar de mi deporte, de la vela, yo ya no era tan niña, era más joven y entonces ya me empezó a molestar más la imagen de mi deporte, y me molestaba mucho porque a mí me colocaban un estatus social que no era el que me correspondía; yo soy de una familia de clase media y me colocaban en una familia de clase media- alta.
Sin embargo, durante mi carrera olímpica, cuando empecé a recorrer el mundo dos o tres veces al año, lo que más me molestaba era el tercer punto, el ver cómo nosotros no hemos sabido tratar al mar de la forma correcta y esto al principio me molestaba, pero luego, al final, no es que me molestara, es que me indignaba.
Con lo cual, vamos a analizar un poco estos tres puntos.
En primer lugar es que la verdad, no nos damos cuenta de que viviendo de espaldas al mar le estamos dando la espalda a un medio que nos puede ayudar a todos a vivir mucho mejor y tener mejor calidad de vida, ¿no?
Tenemos el ejemplo, a veces, de grandes ciudades que como han vivido durante muchísimos años de espaldas al mar, como es el ejemplo de Barcelona, sin ir más lejos; en Barcelona la primera línea de playa la ocupaba un polígono industrial, luego remodelaron la ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos Barcelona 92 y allí recuperaron el mar, y desde entonces no sólo los ciudadanos de Barcelona han recuperado el mar, sino que Barcelona se ha convertido en una ciudad que ingresa muchísimos millones por turismo, y el mar lógicamente, aunque haya mucha gente que a lo mejor no vaya a pisar el mar, sí es un gran aliciente.
Y este año yo creo que estamos viviendo una experiencia bastante similar en Valencia, con motivo de la celebración de la Copa América de Vela.
De todas formas, para darnos cuenta de lo poco que disfrutamos en España de los deportes náuticos, comparados con otros países de nuestro entorno y no tan de nuestro entorno, sólo tenemos que dividir la flota de barcos que tenemos de cada país por la población, y en todos nos salen unos datos bastantes curiosos.
En España hay un barco por cada 308 habitantes, y dicho así la gente no sabe si eso es mucho, si eso es poco, pues yo os voy a decir que eso es poquísimo.
Sin ir mál lejos, en Francia, hay un barco por cada 48 habitantes, que son unas 6 veces más de lo que tenemos nosotros.
En Italia, hay un barco por cada 72 habitantes.
En Alemania hay un barco por cada 200. En Alemania hace muchísimo frío, yo desde luego si viviera en Alemania no creo que navegara y tampoco tiene muchos kilómetros de costa.
Y en Finlandia y Suecia, que sí tienen muchos kilómetros de costa, porque tienen muchos fiordos, hay un barco por cada 7 habitantes y hace una temperatura infernal.
Fuera de la Unión Europea, en Suiza hay un barco por cada 77 habitantes, cinco veces más que en España, y encima, si tenemos en cuenta que Suiza no tiene mar, pues yo creo que tiene más mérito todavía.
En Estados Unidos hay un barco por cada 17 habitantes; y en Nueva Zelanda, donde los deportes náuticos son lo que aquí es el fútbol, hay un barco por cada 6 habitantes.
Con lo cual, dicho esto, yo creo que tenemos verdaderamente muchísimo margen donde ir creciendo, y evidentemente el número de amarres va a ser bastante proporcional al número de barcos que hay, y como es lógico en España también tenemos un déficit de amarres con respecto a otros países.
Y yo creo que esto es un gran reto para Andalucía, porque los ayuntamientos siempre han visto con muy buenos ojos hacer un campo de golf y no han visto con tan buenos ojos hacer un puerto deportivo.
Además, Andalucía es la Comunidad Autónoma de España que más kilómetros de litoral tiene y además en Andalucía, por la tipología de nuestras costas, no tenemos prácticamente calas y las calas son como un segundo puerto para los barcos, donde los barcos se pueden refugiar cuando hace un poco de mala mar si no encuentran amarre en un puerto.
Con lo cual tenemos más necesidad de amarres que quizás otras Comunidades Autónomas de España.
Sin embargo, tenemos la mitad de amarres que Cataluña, por ejemplo, y Cataluña tiene menos de la mitad de kilómetros de litoral de lo que tenemos nosotros en Andalucía, y además allí también tienen alguna que otra cala, con lo cual tenemos que crecer en número de amarres.
Pero seguramente, si no hay más instalaciones es porque no hay demanda para ello, con lo cual nos tenemos que preguntar un poco el porqué de esta situación.
¿Por qué se practican tan poco los deportes náuticos en España, con todos los kilómetros de litoral que tenemos y con el maravilloso clima que tenemos durante absolutamente todo el año?
Y yo creo que aquí llegamos un poco al segundo punto, ¿no?, que es la imagen de los deportes náuticos.
Y en mi deporte, la vela, yo siempre he visto que principalmente tenemos dos problemas:
En primer lugar, una imagen de deporte caro, deporte elitista. La verdad es que se conoce mucho más la Copa del Rey de Vela, que la vela ligera o los Juegos Olímpicos, y yo creo que esto nos hace bastante daño, porque la vela accesible es la vela ligera, la vela de los Juegos Olímpicos es un deporte dinámico, físico, un deporte que puede llamar a la gente joven, a los niños y sin embargo los barcos grandes de crucero, caros, de la Copa del Rey, de la Copa de América, están fenomenal, es deporte, pero para los niños pequeños, que es donde normalmente la gente se inicia a hacer un deporte, pues quizás para ellos no sea tan llamativo, ni tan atractivo.
Y en segundo lugar, yo creo que la imagen de los deportes náuticos cuenta con el inconveniente de que tenemos muy difícil acceso. Hasta hace muy poco, hacer un curso de vela era a través de una escuela de vela o de un club náutico, y en muchos clubes náuticos, hasta hace poco años, si no eras socio no podías hacer un curso de vela.
Esto, gracias a Dios, poco a poco va cambiando, también van entrando centros municipales de vela, escuelas municipales de vela y vamos dándole un poco más de acceso a gente que quiera practicar los deportes náuticos.
Sin embargo, en otros países como Francia, por ejemplo, absolutamente todos los niños que van a colegios cercanos a la costa o que viven cerca de ella, dentro del programa de deporte escolar,
y dentro del horario lectivo, hacen vela, y lo hacen durante una vez a la semana durante un mínimo de dos años.
Y lo que sí es cierto es que para que te guste un deporte no hay que hacer más que una cosa, y es probarlo, y yo sí tengo una experiencia con 12000 niños, que han pasado por una fundación de la que luego les hablaré, donde el 97 % de los encuestados cuando terminan nuestras actividades, lo que más le gusta es la vela y hacemos muchas actividades con ellos.
Normalmente, en Francia los niños hacen sus cursos en centros municipales, de vela, con lo cual hay que tener en cuenta que los niños llegan a conocer el mundo de la vela desde la humildad y desde la base y nunca van a tener de ese deporte una imagen cara, elitista o poco accesible para ellos.
Ahora también tenemos, en el otro extremo de la balanza, la Copa América, que es la regata más cara y son los barcos más caros; y que todos esperamos poder disfrutar de ella en la próxima edición, ya que se celebra en nuestro país.
Y la Copa América es un claro ejemplo de la vela como generador de empleo, y eso repercutirá positivamente, sin duda alguna, en la economía de Valencia, de la Comunidad Valenciana; yo espero que algo nos llege aquí a Andalucía y a España en general.
Porque no hay que pasar por alto que los beneficios de la última edición de la Copa América, se calculan que fueron nada menos que de 473 millones de euros para Oakland, que fue la ciudad organizadora, y de 640 millones de euros para el resto de Nueva Zelanda.
Y está claro que tendremos que saber compensar la imagen elitista que da la Copa América con la imagen de vela para todos, y en eso yo creo que todos tenemos que trabajar.
Pero entre estos dos extremos hay un sinfin de posibilidades, la vela lo bueno que tiene es que tiene modelos de barcos para todas las posibilidades adquisitivas.
Yo siempre he dicho que el mar es el mayor parque temático del mundo, y sin embargo hay algunas atracciones en este parque temático que tienen mucho éxito y que siempre están llenas, a veces incluso con overbooking, que son la playa, son los chiringuitos, son los pedalos, y sin embargo hay otras atracciones un poco ruidosas que últimamente están en auge, como son las motos acuáticas. Pero a mí siempre lo que más rabia me da es ver que las atracciones más divertidas son las que están más vacias y tenemos que hacer un esfuerzo por llenar esas atracciones más divertidas, de nuestro gran parque temático que es el mar.
No tenemos que olvidar que el turismo es la primera industria de nuestra tierra, y se basa lógicamente en la cantidad de turistas que nos visitan y también en el número de millones que se ingresan; por eso yo estoy cada vez más convencida de que lo que importa es la calidad del turismo por encima de la cantidad, y hay que hacer una oferta diferenciada, tenemos que ofrecer algo más que sólo sol y playa; el sol y la playa están muy bien, pero si encima ofrecemos algo más, nos vamos a diferenciar, y aquí está muy bien que entren el golf y los deportes náuticos.
Yo tengo que decir que el golf sí que lo hemos sabido usar para vender un turismo de calidad, pero con los deportes náuticos yo creo que nos queda un buen margen donde podemos seguir creciendo, porque lo cierto es que un puerto deportivo crea mucho más empleo que un campo de golf. Son polos de atracción turística, y como ejemplo, aquí a pocos kilómetros tenemos Puerto Banús, y es que todos los turistas que vienen a visitar la Costa del Sol acaban visitando Puerto Banús, y un puerto deportivo medio, medio- grande, puede crear unos 1000 empleos directos y 5000 empleos indirectos, que es más que un campo de golf.
Y ahora llegamos al tercer punto, que a mí me preocupaba y que era el cuidado del medio marino, y es que hemos abordado las dos primeras cuestiones y ahora vamos a hablar un poco de cómo podemos fomentar el cuidado de nuestros mares.
Yo, cuando dejé la vela olímpica, la verdad es que me consideraba una persona afortunada, porque me había planteado una serie de retos, una serie de objetivos, y había tenido la suerte de conseguir absolutamente todos ellos, y yo tenía claro desde hacía ya años que yo quería devolverle a la sociedad algo de lo mucho que la sociedad me había dado a mí, y al mismo tiempo también quería poner mi granito de arena para intentar frenar la destrucción de nuestros mares. Y entoncés empecé a darle vueltas a ver qué es lo que podía hacer yo, y teniendo en cuenta que no hay personas más preocupadas por la defensa de nuestras aguas y de nuestro medio ambiente marino que aquellas que conocen y aman el mar, nació la fundación Ecomar. Y nació con el objetivo de educar y de concienciar a jóvenes, sobre todo, y también a adultos, de los valores ecológicos y medioambientales mediante la enseñanza de la cultura del mar, con la intención de que los niños conozcan el mar, lo respeten, lo cuiden y lo disfruten, aprovechando todos sus recursos pero sin esquilmar para nada su riqueza, y durante los últimos nueve años de singladura, más de cinco millones de niños de toda España han recibido nuestra convocatoria de concurso escolar. Éste es un concurso que llega a los más de 14000 colegios de primaria que hay en nuestro país, y en estos nueve años más de 51000 niños han participado haciendo un trabajo sobre el mar, el medio ambiente marino y el deporte de la vela. Y prácticamente 11000 han sido ganadores del premio y el premio es una Semana del mar completamente gratuita; de hecho la semana que viene empezamos las Semanas del Mar de este año y lo inauguramos con los niños andaluces, con niños de Puerto Real, de Jaén y de Córdoba que irán a disfrutar de su Semana del Mar.
Y para que nos hagamos una idea, una Semana del Mar es una semana lectiva, es una semana de colegio dentro del curso escolar, donde toda la clase premiada cambia el aula de su colegio por un aula del mar y en esa semana pues no harán ni inglés, ni literatura, ni lengua, ni matemáticas y sin embargo harán un intensivo de deportes náuticos, harán talleres de los valores del deporte, talleres de nudos náuticos, nudos marineros, de reciclaje, de ecología marina y de cambio climático, de ahorro de agua, de la importancia de la dieta y el deporte como parte de una vida sana; harán trabajos de voluntarios limpiando las playas más cercanas, cuidado del medio marino; y es curioso porque a pesar de que esto es una semana gratuita para los niños porque los niños no pagan para ir a disfrutar de su Semana del Mar, muchas veces nos hemos encontrado que nos han llamado padres, pidiéndonos que su hijo no vaya a navegar, que haga el resto de actividades, pero que no le llevemos a navegar, nosotros los llevamos a navegar a vela y también hacen piragüismo.
Y cuando les hemos preguntado si se puede saber el porqué de esa decisión, nos dicen: No, es que yo no quiero que haga la vela, porque si le gusta, luego es un deporte que yo no le voy a poder mantener y esto viene otra vez a demostrarnos que tenemos una imagen de deporte demasiado caro. Sin embargo, luego no es la realidad, porque un barco te puede costar menos de lo que te cuesta una moto y tenemos miles de niños que van por toda Andalucía en moto, y me refiero a niños de catorce años con los Vespinos, y sin embargo no tenemos tantos niños que tengan un barco.
Estas actividades nosotros las dirigimos a niños de quinto y sexto de primaria, que tienen entre diez y once años, que es la que nos han asegurado que es una edad más receptiva.
Como ya llevamos ocho años haciendo esta actividad, los niños que la hicieron durante los primeros años ya no son niños, son jóvenes, casi todos ellos mayores de edad; y sabemos a través de nuestra web, que es muy activa, y que verdaderamente tenemos muchísimas entradas, de españoles, de extranjeros, muchísimos sudamericanos, centroamericanos, pero sabemos que nuestro mensaje entre los niños que han hecho la Semana del Mar ha calado de una forma muy especial. Muchos de ellos han seguido practicando deportes náuticos que iniciaron con Ecomar, y son grandes embajadores del cuidado del entorno marino. Incluso algunos de ellos han optado por estudiar carreras ligadas al mundo del mar porque dicen que quieren seguir vinculados al medio que han descubierto durante su Semana del Mar. Cuando es premiado un colegio de una localidad costera, tenemos constatado que al verano siguiente muchos de esos alumnos se apuntan a un curso de vela en el club náutico o en la escuela de vela que más cerca les queda, cuando es algo que antes de nuestra experiencia jamás se habían planteado.
Y es curioso, porque yo voy en la Semana del Mar a hablar con los niños y cuando les pregunto que qué es lo que más le divierte de la semana, más del 97% me contestan que la vela, y cuando yo les pregunto Bueno, y ¿por qué te gusta tanto la vela?, muchos de ellos me dicen: Es que es divertido. Y les digo: Hombre, claro que es divertido, pero ¿tú no pensabas que iba a ser divertido?, y me decían: No, yo pensaba que la vela era muy aburrida. O sea, que ahí está claro que algún tipo de error estamos cometiendo.
Y para acabar os voy a resumir lo siguiente: yo creo que tenemos que reconocer la importancia que tienen los deportes náuticos en varios aspectos.
Por un lado como herramienta de educación, podemos educar en la cultura del mar y el respeto al medio ambiente marino, a través de programas como el que hacemos nosotros o como otros muchos que seguro que se os ocurrirán a todos vosotros.
Y luego, como herramienta de educación, yo creo que el deporte educa muchísimo, de hecho hay una encuesta que se hizo hace ya varios años, porque fue después de los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde nos encuestaron a muchísimos deportistas que habíamos participado en los Juegos Olímpicos (bueno algunos habíamos participado, otros habían hecho la preparación, sin embargo no habían participado, se habían quedado en las puertas...) y había opiniones para todos los gustos, como os podéis imaginar allí cada uno opinaba de una manera; sin embargo, había un tema en el que absolutamente todos coincidíamos, y todos coíncidiamos en que hacer una preparación olímpica y participar para quienes lo habíamos hecho, había marcado nuestras vidas, y que habíamos aprendido una serie de cosas que nos iban a servir, y mucho, en nuestras etapas posteriores y que si no hubiéramos hecho esta etapa deportiva no habríamos aprendido lo que aprendimos en esa etapa.
En segundo lugar, tenemos los deportes náuticos como ocio, porque qué mejor manera de pasar el tiempo libre que en un barco al aire libre, ya hemos hablado de que el mar es el mayor parque temático del mundo, lo tenemos ahí y encima para salir al mar no tenemos que sacar un forfait como en el esquí, es gratis, sales y disfrutas. Y hay barcos adaptados a todas las edades y prácticamente todas las condiciones físicas y sociales.
El turismo náutico está en auge y tiene un amplio margen donde seguir creciendo y se puede navegar en familia, que no hay tantos deportes que se puedan hacer en familia, y también se puede navegar en solitario.
También tenemos los deportes náuticos como salud. Está claro que la vela es un buen ejercicio, que es muy completo, que estás al aire libre y hay muchas maneras de hacerlo; puedes coger un barco de vela olímpica, en el que tienes que estar muy preparado físicamente, o puedes coger un barco de crucero que puedes estar menos preparado físicamente, que es más tranquilo, y sin embargo también se disfruta del deporte y de estar en el mar.
Y es que el yodo del mar y el sol, siempre con un poco de protección, que ahora es lo que se lleva, pues son vitaminas para todo el año y yo esto lo he constatado con mis hijos, que recién nacidos los he metido en el mar a bañarse y, bueno, Olimpia tiene ahora nueve años, casi diez, y todavía estoy esperando a que me coja el primer resfriado.
También tenemos los deportes náuticos como modelo de convivencia, porque qué mejor ejemplo de convivencia que varias personas en un espacio reducido como es un barco; cada día hay más empresas que optan por montar las típicas actividades de incentivos y fomentar la convivencia y el trabajo del equipo de personas de su empresa metidas en un barco.
Y también tenemos los deportes náuticos como generador de empleo, porque ya hemos dicho antes que un puerto deportivo de tamaño medio- grande puede crear 1000 empleos directos y 5000 indirectos, que son más que un campo de golf, y sin embargo, yo creo que en Andalucía, pues como en cualquier otro sitio, lo agradeceríamos bastante.
Muchas gracias.
