El VII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Residencias (SEMER), que durante el 26 y el 27 de octubre se celebra en Bilbao, ha dado comienzo con un taller dirigido por el médico Alfonso Elías sobre los modos de afrontamiento del estreñimiento en ancianos institucionalizados. El taller ha contado con una notable participación e interés por parte de los asistentes, ya que el estreñimiento es muy frecuente en la población de las residencias de ancianos.
Según los últimos estudios, uno de cada siete ancianos asistidos en residencias padece estreñimiento patológico. En este sentido, se entiende por estreñimiento patológico cuando el anciano tiene una frecuencia defecatoria inferior a tres veces por semana.
Alfonso Elías subrayó que es conveniente que todos los médicos que trabajan en residencias tengan en cuenta que algunas enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson y algunas demencias pueden influir en la aparición de estreñimiento. La razón de esto se encuentra en que dichas enfermedades, de la misma manera que afectan las neuronas del sistema nervioso central, pueden afectar a los neurotransmisores y a las células nerviosas del aparato digestivo, concretamente del colon, con la consiguiente aparición de estreñimiento. Por eso, el experto abogó por hacer un correcto diagnóstico del paciente antes de establecer las pautas de tratamiento.
Estreñimiento y trastorno de la personalidad
Uno de los objetivos del taller ha sido discutir acerca de si el estreñimiento crónico idiopático está relacionado con un grado de trastorno de la personalidad. Según el experto, a veces llegan a ser auténticas obsesiones las que llega a sufrir el estreñido, y esto es algo que merece ser analizado con más profundidad. Así, se puso de manifiesto la existencia de unos comportamientos reiterativos en algunos pacientes; es decir, hay casos en los que el anciano es tratado con éxito para solventar su estreñimiento y se observa que un porcentaje relevante vuelve a incidir en el mismo problema. De este modo, en la mayor parte de los casos es el propio anciano con su comportamiento el que se pone en el mismo problema que fue resuelto con anterioridad.
Según Alfonso Elías, ocurre que en algunos pacientes dan la sensación, reiteradamente, de que no están bien; por eso hay que saber si la raíz del problema no se incardina en las causas típicas del estreñimiento y se debe buscar en otras circunstancias, como la existencia de un trastorno de la personalidad.
Y es que el estreñimiento no es una enfermedad, sino un síntoma que consiste en la percepción subjetiva del hábito defecatorio, aunque sus consecuencias sí que pueden suponer, en los casos más graves, un problema para la salud.
Prevención en ancianos
Uno de los puntos de debate en los que más se ha hablado durante el taller ha sido la forma en la que se puede prevenir el estreñimiento, ya que la población anciana tiene unas características especiales que les hacen ser un paciente difícil.
Es un problema que vivimos todos los que trabajamos en este campo. Una cosa es la teoría y otra es llevarla a la práctica porque, a veces, hacer que el anciano coma fibra e ingiera líquido en la cantidad adecuada, no es tan fácil. Hay muchos ancianos que no siguen correctamente el tratamiento, por lo que el médico sostiene que es necesario estar muy pendiente de ellos tanto los médicos de las residencias como los familiares cuidadores ya que si no, pueden originarse problemas serios en el anciano.
Además, no influye sólo la dieta, sino otras muchas circunstancias, como por ejemplo, que cuando tenga el deseo defecatorio vaya al servicio, ya que en ocasiones no van porque a lo mejor está entretenido en otra cosa, o no puede llegar o por múltiples causas y luego el estímulo ya no vuelve a aparecer, con lo que se generan problemas. Alfonso Elías también advirtió de los efectos secundarios que algunos fármacos tienen sobre el estreñimiento y que deben ser tomados también en cuenta en las valoraciones que se hagan del anciano.
En cuanto a las medidas de prevención, se dijeron las ya conocidas de aumentar la ingesta de fibra dietética a través de la dieta algo que ya hace muchos años que se cuida en los menús de las residencias de ancianos, aumentar la ingesta de líquidos fundamentalmente, agua y promover una mayor actividad física en el anciano.
Si estas medidas no dan resultado, se pasa a los laxantes, que los hay de muy diversos tipos y hay que valorar cuál es el más adecuado a las características de la persona mayor que tratamos. Si estos no dan resultados, se opta por la evacuación utilizando un enema. El experto apunto a que, en los casos más graves se produce una impactación fecal o fecaloma en la que las heces acaban adquiriendo una dureza tal que el paciente no puede expulsar de manera voluntaria y obliga a su extracción manual por personal sanitario. Para casos muy graves, se puede acudir también a la vía quirúrgica