Te pregunté Señor, una y mil veces si no querías ver la triste escena si hacías oídos sordos a mis preces o si el pueblo merecíase esa pena.
Te volviste de espaldas Dios del cielo sin querer hacer frente a mi mirada tejiendo entre ambos mundos negro velo dejando a su Chipiona anonadada.
Tú tienes para ti los querubines te rodean los ángeles y arcángeles y en ese coro celestial insigne ¿ te faltaba la voz de la más grande ? La querías para ti porque fue buena y por esa razón era querida y permitiste dejarnos con la pena de no tenerla cerca en nuestra vida. Me cuesta mucho pensar en tu egoísmo de arrancar de esta tierra y de un tirón a la artista que movió como un seísmo el mundo de la copla y la canción. Recordarás Señor que en todas partes radiante como flor en primavera derramaba frescura don y arte de gracia gaditana y chipionera. Llevaba por delante la alegría y el porte regio sereno de un monarca orgullo de su fiel Andalucía, del mundo y de todas las comarcas. Permíteme, Señor la caridad de ensalzarla cual santo en los altares Rocío será para la hispanidad el ejemplo de voz en los hogares. Como una ola que vuelve sin demora perdiéndose en lejana lontananza te llevaste Señor a la señora elevándose a Tí entre alabanzas. Pentecostés es mañana, día de fiesta como sabes es el santo de Rocío que cante el coro entero a la hora sexta felicítala en tu nombre y en el mío. Sabes que fui educado en la esperanza de creer siempre en ti sin que te vea y aún cuando la herida fue de lanza lo quisiste tu así, bendito seas. Para mí, Señor, ella está viva la escucho cada día y cada hora la gente del flamenco no la olvida la voz de la más grande cantaora. Por eso cuando veo el movimiento de cuanto se origina en su favor a Rocío que está en mi pensamiento le digo muy bajito: oigo tu voz....Y mi Dios que me habla interiormente me dijo con su sabiduría más te vale dejar quieta tu mente lo que hago jamás lo entenderías .
