La historia de un personaje público con vida de novela, hijo de un pastelero y que aspira a ser alcalde de Sevilla.
Detrás de cada figura política hay un ser humano que muchas veces se escapa al ojo del ciudadano, y esos matices son los que complementan, explican y justifican muchas de sus actuaciones. Cuando uno de los hijos de Juan Ignacio Zoido se presentó el primer día de curso a su llegada a Toledo, y dijo que su padre era magistrado, los profesores le pidieron una aclaración. Ellos entendían que Zoido era político. Y además, de los muy conocidos. Concretamente, era el Delegado del Gobierno en Castilla La Mancha. Pero la respuesta fue contundente: mi padre es magistrado, pero circunstancialmente está en política. Y efectivamente Zoido no es un político tipo y pregona a los cuatro vientos que estará en política mientras crea con ilusión que puede hacer que las cosas cambien a mejor.
El periodista Carlos Navarro Antolín nos acerca al perfil humano de Juan Ignacio Zoido, un personaje público con vida de novela, hijo de un pastelero al que la muerte de su padre cambió su vida y su destino profesional.
Este libro relata la historia de un muchacho de pueblo llamado a heredar el negocio familiar de elaboración artesana de dulces, que por la repentina muerte de su padre acaba estudiando en la Universidad y sacando las oposiciones a juez a muy corta edad. El juez Garzón le pidió que le buscara piso en Sevilla. Consiguió que la entonces directora general de Justicia, Teresa Fernández de la Vega, conociera la realidad de los juzgados de provincia de Sevilla a través de unas fotos que él mismo, siendo un joven juez en Utrera, hizo con una Kodak de la época. Fue alto cargo del Ministerio de Justicia en la primera legislatura de Aznar. Tuvo que convivir a duras penas con el presidente manchego Bono en la Delegación del Gobierno en Toledo. Ejecutó la orden de cierre de la verja de Gibraltar como delegado del Gobierno en Andalucía. Se enfrentó con entereza a la pérdida de un hijo. Y está consagrado a su labor actual en el Ayuntamiento de Sevilla.
Zoido, destino Sevilla recoge el perfil humano del político que no necesita de la política para vivir, que está en ella por vocación y pasión, que no responde al molde del político al uso. Las anécdotas, las revelaciones, los recuerdos, las espinas de la vida... Un relato eminentemente periodístico que busca que el ciudadano conozca más y mejor la faceta personal de un dirigente público.
Como dice Carlos Herrera en el prólogo que abre el libro: Su perfil humano es el mismo que aparenta en cuanto le conoces. Y este libro lo demuestra.
Sobre el autor: Carlos Navarro Antolín (Sevilla, 1974) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla, con estudios en la Facultad de Derecho de la misma Universidad.
Comenzó a firmar informaciones en la sección de Barrios de ABC de Sevilla en 1993, periódico al que estuvo vinculado hasta su incorporación en septiembre de 1998, a la plantilla fundacional de Diario de Sevilla, donde comenzó como Jefe de Área de la Sección Local, siendo ascendido a Jefe de Sección en julio de 2005. En la actualidad cubre cada día la información municipal y política que genera el Ayuntamiento de Sevilla.
Está también especializado en temas relacionados con la Semana Santa y con la conservación del patrimonio histórico, especialmente de la Catedral. Zoido, destino Sevilla es su cuarta obra. Autor del libro Capataces de Sevilla, editado por el Ayuntamiento de Sevilla en 1998 y prologado por el periodista José Joaquín León; autor junto a Alfonso Pedrosa del libro Cardenal Amigo: Perfil y pensamiento (Fundación Lara, 2003), prologado por el catedrático emérito Paulino Castañeda, y autor del libro Nazareno, dame cera (Jirones de Azul, 2009), presentado por el escritor Antonio Burgos.