"El juego del hombre invisible", de Reyes Aguilar,Premio Blogosur de Novela, que se presentó en la Sala Joaquín Turina de Cajasol, de Sevilla, con la asistencia del el Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.
Estas son las lineas que sobre el acto escribe la autora en su blog http://damadesevillanonombre.blogspot.com/
"No puedo dar forma con palabras a lo vivido anoche. Cuando salí a dar los agradecimientos pertinentes, estaba tan nerviosa que me salieron en tropel y quiero, ahora, y en pequeñito, dejarlos por escrito. Que quede constancia".
"Quiero dar las gracias a Paco Gallardo, alguien que una noche me invitó a dejar a la dama para sacar a la escritora que solo él veía dentro. Fue su libro y su título, El Rock de la calle Feria, lo que dio el pistoletazo de salida con Triana y su música, como no, de nuevo Triana llegando a mi vida y cambiándolo todo. También quiero dar las gracias a mi abuelo Antonio, porque tiene mucha culpa de que sea la que soy, como lo tienen Mortadelo y Filemón, verdaderos culpables de mis dos grandes pasiones, el dibujo y la lectura. Y por supuesto, dar las gracias a la persona que tiene la culpa de que mi beticismo sea el que es, alguien a quien veía de niña correr la banda del viejo Villamarín desde la grada de Gol Sur con mi padre y que verle aquí esta noche, entre el público, para acompañarme, me demuestra verdaderamente que los sueños se hacen realidad"
Posiblemente lo dije de otra manera, pero dije exactamente eso. Ver a mis amigos, a mi amiga del colegio, Reyes2, a mis peñistas, a Esther, a mi amiga Susana, al Carre, conocer a Carrascus, saludar a Maese, a Jorge, a Eduardo, mi profesor de fotografía, a la familia Luna, padres adoptivos de mi Carlitos, ver emocionada a toda mi familia al completo, mi gente de Santa Catalina, del Betis, de la radio, mis compañeras del beticismo en femenino, Elena, Inma A e Inma Ll, Miguel, de manquepierda.com, la web donde acogen mis crónicas en verdiblanco, los compañeros de trabajo, mis amigos del barrio, a Gordillo tan él y tan ajeno a protagonismo, tan humano y a gente que sólo quería compartir conmigo mi felicidad fue indescriptible. Fue algo especial y mágico.
Firmé ejemplares, muchos, cada uno con su dedicatoria extensa y personificada en exclusiva y espero hacerlo en lo sucesivo muchas más veces.
Todo fue perfecto, tardé en dormirme, apenas he dormido para ser sincera. Estaba como la Cenicienta durante el baile, aunque mi baile sea con un hombre invisible que se baja las medias para correr la banda y de momento, tardará mucho en que el reloj dé las doce campanadas. Soy muy feliz, y gracias a todos ustedes.