Los mariscadores de Chipiona unidos en la asociación Jarife y colectivos como el grupo ecologista CANS están indignados. Ahora, un referente en la lucha por la protección del medio ambiente en la zona como es Rafael Ruiz López clama contra la inacción de la Junta de Andalucía ante el problema que se suscita cada verano por el daño que ocasiona una minoría en esas construcciones milenarias que son los corrales de pesquería.
“¿Por qué la Junta no tiene el mismo celo en verano que en invierno, cuando se le hace la vida imposible a los mariscadores. Todo lo que logramos cuidando los corrales durante un año, se pierde en dos meses”, señala. Lo sorprendente, dice, es que los que cuidan verdaderamente de los corrales durante todo el año sean los que sufren los problemas y las trabas. “La Junta de Andalucia no se da cuenta de la oportunidad que tiene de contar con una asociación como Jarife que es un referente en la materia”.
Ruiz López recuerda que antes del año 2000 el grupo ecologista CANS hizo todas las gestiones para que Demarcación de Costas reconstruyera los corrales y luego con la llegada de Jarife (hace 18 años) llegó el espaldarazo que supuso la regularización del sistema de pesca recuperando y respetando las normas antiguas por las que se regía la actividad, por ejemplo con la figura del 'cataor'.
El peligro, insiste, lo está ocasionando la Junta de Andalucía que, “después de todo este trabajo de décadas, está poniendo dificultades como obligar a que el marisqueo se limite al interior del corral, cuando aquí siempre de modo sostenible se ha extendido a la parte exterior, la zona de abrasión, en la marea vacía”. La Junta, subraya, “desconoce la realidad de esta cultura milenaria y se limita a prohibir desde Sevilla”.
Por todo ello, el presidente de CANS y miembro de la directiva de Jarife afirma que están cansados de estar todo el año velando por la protección de los corrales, concienciando a los niños de los colegios, realizando actividades divulgativas para ver cuando llega el verano que se produce un gran deterioro de estas construcciones que son parte de la historia y la identidad de este pueblo.
“Hemos tenido muchas reuniones y no han servido para nada. Cada vez nos han ido exigiendo más para poder mariscar y nosotros lo hemos hecho. Llegará un momento en que la gente se aburra de proteger”, explica.
Por parte del Ayuntamiento tampoco se hace mucho ante la situación que se vive en verano, prosigue, “solo se lanza un edicto, pero nadie vela de que se cumpla”.