Por algo se caracteriza el mes de Noviembre es porque se recuerda a los difuntos y esta es una de las tradiciones más afincadas en la cultura sevillana. Tal es así que las vírgenes de las hermandades son vestidas de luto, algo que no se realiza fuera de este mes.
Este acto se suele realizar a finales de octubre para que el mismo día de todos los Santos Difuntos el 1 de noviembre, las imágenes se muestren preparadas para recibir este mes de recogimiento.
Una vez finalizado este mes, las vírgenes vuelven a sus vestimentas habituales.
La titular mariana de la Hermandad de la Vera-cruz Ilipense, la Virgen de las Angustias Coronada la contemplamos con su divino rostro, que para la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos se muestra ataviada con saya y manto de terciopelo color negro, estética que muestra sobriedad y recogimiento ante la ausencia de bordados en sus ropajes; sencillez que se adereza con un rostrillo ejecutado mediante encaje metálico dorado con diseño floral y geométrico y gasa con filamentos de hilo de oro. Enjoyada sobre su pecho, muestra la Señora alfiler de oro con su Bendito nombre y medalla del Sagrado Corazón de María, traspasado con Espada de Dolor y antiguo puñal en plata sobredorada (S. XVIII). En sus manos, pañuelo de encaje de Bruselas y rosario de filigrana cordobesa en plata sobredorada. Circunda su cintura, cordón dorado anudado con broche de oro. Sobre sus sienes, ráfaga en plata sobredorada (1965).
A sus pies, media luna, como símbolo apocalíptico.
¡Oh, Virgen de las Angustias, danos siempre tu Amor, que con él seremos felices en la Vida y en la Eternidad!