El final de la temporada veraniega en la popular sala de exposiciones del Colectivo Cultural Espacio Vacío no se entiende sin la presencia de Antonio Rueda. Artista polifacético, multidisciplinar, heterodoxo… Rueda lleva más de 30 años exponiendo en este espacio que es un referente de la vida cultural chipionera.
“La sala Espacio Vacío la considero mía, mi casa, porque yo he nacido aquí como artista”, afirma en la habitual charla que Mamé Valdés mantiene en los micrófonos de la radiotelevisión municipal. Y enfatiza: “Soy sevillano, pero me siento muy de Chipiona, y aquí soy feliz”.
Antonio Rueda expone estos días y hasta el 22 de septiembre sus nuevas creaciones en la sala del Colectivo Cultural Espacio Vacío, que se presentan con el título ‘El año del cangrejo’. La muestra está basada en las esculturas de los cangrejos monumentales de Alfredo Zarazaga y es, al mismo tiempo, un homenaje. “Todos los que se le hagan son pocos”.
El autor explica que, con su visión personal, presenta una pintura donde la forma, las texturas y los detalles de los objetos es el hilo conductor del discurso expositivo.
En la exposición, a través de diferentes fotografías tomadas por el propio Antonio Rueda, se crea un universo paralelo a las esculturas donde el color, el detalle de cada material de la obra original y la expresividad de los elementos es la guía y el lenguaje desde la mirada pictórica.
Los cangrejos se encuentran en un espacio inventado, en una realidad artificial o un paisaje antinatural o espacial en el que interactúan, creando una unión entre el objeto y el entorno. Unas figuras cargadas de expresividad con un concepto metálico y robótico, jugando así con el estilo del autor, en el que predomina el color y las formas abstractas y figurativas que se relacionan entre sí.
Entre el surrealismo pop y la abstracción, encontraremos en la exposición otros temas, desde pintura en cartón reciclado a algunos de los famosos camaleones del artista.