Siempre se ha dicho que quien no es agradecido, no es bien nacido y es verdad, nos honra sinceramente, el dar gracias a cualquier persona que nos ha hecho un bien, pues cuanto más, tendremos que agradecer, cuando esa buena obra, nos viene de la mano del Señor que, es nuestro hermano y maestro y como hijo de Dios, está presente en todos y cada uno de los éxitos de nuestra vida.
Pues bien, nuestro buen amigo José Miguel Núñez Moreno, en esta nueva entrega de Palabras al oído comienza por agradecer al Señor lo grande que ha estado con todos nosotros, por el éxito total alcanzado en la I asamblea Inspectorial de María Auxiliadora y es que como hemos informado fiel y puntualmente a través de este maravilloso portal, se ha alcanzado un rotundo éxito de participación y de resultados y como estamos completamente seguro que, nuestro entrañable amigo Pepe Núñez, es agradecido, ha querido dar las gracias en esta tribuna abierta al mundo, a Dios y seguro que en su gran corazón hay un hueco para todos los que de una forma u otra, han contribuido al rotundo éxito alcanzado en este autentico acontecimiento, vivido en torno a la Madre de Jesús, la Auxiliadora de los cristianos, la Virgen que Don Bosco encargó, para que nos protegiera bajo su manto de Madre y velara por tantos millones y millones de niños y niñas que, conocen a través de su paso por un colegio salesiano, pero que gracias a Dios, la llevaremos en nuestro corazón para siempre. Que ELLA que lo puede todo, nos proteja y nos ayude en el caminar de nuestras vidas y no olvidemos ese don de ser agradecidos.
Bueno amigos y ahora os dejamos, con otra entrega de:
PALABRAS AL OÍDO AÑO II - Nº 39 SEMANA 18/2008
GRACIAS SEAN DADAS A DIOS, DADOR DE TODO BIEN
Mis queridos amigos:
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos muy alegres. Más de 3200 personas nos congregábamos en la Catedral de Sevilla el día 27 de abril, en torno a nuestro pastor Don Carlos Amigo, para celebrar la primera Asamblea Inspectorial de María Auxiliadora en esta nueva etapa en la que las Asociaciones de Andalucía, Canarias y Extremadura han unido esfuerzos, voluntades y caminos. Ha sido un acontecimiento relevante y extraordinario que quedará grabado en la historia de nuestra familia con un día grande en el que hemos podido expresar con valentía y audacia una devoción recia y filial a la Madre de Jesús.
Gracias sean dadas a Dios, dador de todo bien porque continúa haciendo maravillas en medio de su pueblo. Porque nos ha regalado a María, Madre de la Iglesia y auxilio de los cristianos como un precioso tesoro.
Gracias sean dadas a Dios porque su mano providente y la acción materna de María han estado palpablemente presentes en la historia de nuestra familia desde que a un pequeño campesino, pobre e ignorante, le fue dada una Maestra.
Gracias sean dadas a Dios porque no ha cesado de conducir nuestro camino y no nos ha faltado nunca el cariño materno y tierno de la Madre: aquella que se paseaba por los prados de I Becchi, por los patios de Valdocco y que ha continuado haciéndolo en todas las casas salesianas del mundo acogiendo bajo su manto a los niños y jóvenes que en ellas se abren a la vida y crecen como personas, como ciudadanos libres y como cristianos responsables y comprometidos.
En la casa de Don Bosco aprendimos a llamarla Auxiliadora y su presencia es siempre consuelo cuando rendidos a sus plantes ponemos ante su mirada de madre nuestros anhelos y dificultades, nuestras dolores y esperanzas. Ella siempre susurró a Don Bosco que un pedazo de cielo lo arregla todo y así lo hemos experimentado tantas veces.
Gracias sean dadas al Padre por la madre de su Hijo, porque ha sido ternura para todos los jóvenes que no han experimentado nunca el cariño de una madre y continua siendo caricia para todos los que, en el margen de la historia, están excluidos del banquete.
Ella continúa intercediendo por nosotros, por la Iglesia, por la Familia Salesiana, por los jóvenes para que Dios siga multiplicando unos pocos panes y unas cuantas castañas y pueda seguir habiendo fiesta para todos, y justicia, y futuro.
María Auxiliadora nos precede en este tiempo como estrella de la mañana invitándonos a ser centinelas del amanecer en la nueva evangelización.
Gracias sean dadas a Dios, dador de todo bien, porque ha estado grande con nosotros y estamos alegres. María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco, seguirá derramando siempre las bendiciones de Dios sobre nosotros, sobre la gente sencilla, sobre la gente del pueblo y sobre los jóvenes, especialmente los más pobres.
Con un abrazo grande y mi cariño sincero para todas las Asociaciones de María Auxiliadora con ocasión de la I Magna Asamblea Inspectorial en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla el 27 de abril de 2008, un sueño largamente acariciado y profecía de comunión hecha realidad.
Buena semana.
Vuestro amigo, José Miguel Núñez