¿Y SIN EMBARGO TE QUIERO?
Recibo cartas, de mujeres y hombres, buscando mi parecer sobre si el amor mal correspondido debe aguantar tanto como aguanta a veces. Cartas en las que pretendieran mostrarme el pulso entre la entrega a toda costa y recibir a cambio el desdén más insoportable. ¿Qué habría de ganar entonces, seguir o dejarlo?
